sábado, 5 de noviembre de 2011

rosario estenou


LAS RELACIONES DE PAREJA EN EL MEXICO MODERNO



La intimidad se presenta de una forma privilegiada en aquellos que han sido llamados grupos primarios, como la familia. Si la intimidad es definida como cualquier forma de asociación cercana en la que las personas adquieren un sentido de familiaridad, es decir, un acontecimiento detallado compartido acerca de cada miembro de la pareja o de la familia, entonces es imposible concebir una sociedad sin intimidad. Estas formas de intimidad las desarrolla la sociedad mexicana del siglo XX.  La concepción sobre el matrimonio de compañerismo, tal como se entiende en la actualidad, se amplió y desarrollo aún más gracias a la influencia que ejercieron los movimientos sexuales libertarios. En adelante se espere  que las relaciones de pareja incorporaran el erotismo y el desarrollo de una sexualidad más abierta. Esta nueva importancia dada al erotismo transformo la concepción que se tenía del amor, de una visión eminentemente romántica. Si tomamos estos rasgos de relaciones familiares podemos decir que durante el siglo XX también se desarrollaron en la sociedad mexicana, dentro de la estructura nuclear e incluso dentro de la extensa, relaciones familiares y tipos de intimidad que se acercan a las tipificaciones que se han hecho de la familia nuclear occidental y de sus formas modernas más recientes. Mediante lo anterior se  pueden observar diferentes tipos de intimidad:

LA INTIMIDAD DE LA PAREJA DE 1900 A 1950: 

Se desarrolla una onda de industrialización en el país que marco el curso cambiando la producción de una base artesanal a otra de tipo industrial. Los hombres se involucraron más en la fuerza de trabajo ya que este patrón de producto requería la dedicación de tiempo completo al trabajo. Por lo tanto la producción industrial  favoreció el empleo masculino. Como consecuencia de ello las mujeres se retiraron de la fuerza de trabajo y se centraron más en la familia. Este modelo contribuyo a la formación de una estructura de roles particulares en la cual los hombres eran los proveedores económicos  principales y las mujeres se dedicaron al cuidado de los hijos y el hogar.

 LA INTIMIDAD EN 1950- 1970: 

Se consolida la idea típica asociado a la familia nuclear occidental: una unidad conformada por padres e hijos, en donde el amor romántico y el matrimonio de compañerismo imprimieron su huella en las relaciones de pareja; una unidad orientada y centrada en los hijos, emocionalmente más intensa y con una clara división del trabajo y de roles entre esposo/padre y madre/ esposa/ama de casa.  Este tipo de familia favoreció varios sectores de la población y fue impulsada por una serie de fuerzas económicas, sociales y demográficas.  Este fue el periodo en donde la industrialización y la urbanización tuvieron un importante desarrollo. Grandes proporciones de individuos migraban a las ciudades en busca de nuevas oportunidades. Por lo tanto, la diferencia de la estructura de roles dentro de la familia continuo acentuando el desarrollo de los roles nucleares modernos, del padre como único proveedor de recursos y de la esposa madre ama de casa.

LA INTIMIDAD  EN 1970- 2000:

 Se desarrolla una variedad de formas familiares que coexistieron entre sí  y con ellos también coexistieron distintos tipos de intimidad.

Durante las últimas tres décadas del siglo hemos presenciado el surgimiento de familias de tamaño pequeño, pero las relaciones dentro de ella también han cambiado. Las familias y las parejas tienen una vida más larga, por lo cual tienen mayores oportunidades de desarrollar  un nivel mayor de cohesión  y de intimidad pero también de tener mayores tensiones y conflictos.  También se observa un nivel mucho mayor de individualización entre la  pareja y entre los padres y los hijos, mayores niveles de igualdad entre las parejas lo cual favorece un mayor acercamiento para la construcción de una intimidad que permita un conocimiento profundo del otro, una tendencia hacia la planeación del curso de la vida en relación con la vida familiar y cambios muy importantes en las prácticas de crianza que están relacionadas con los cambios culturales que hemos experimentado.  

Estos cambios han sido muy significativos en el plano individual, ya que se ha observado  una multiplicidad de involucramientos de rol, lo cual produce desdoblamientos entre diversas asociaciones en ninguna de las cuales el individuo invierte plenamente sus energías, ello incide en la forma en la que se constituyen las identidades, en la disolución de la conexión entre posición social e individuo y en la fractura de la unidad de la biografía individual.

El mundo doméstico (la familia) pierde importancia como espacio de sentido, como lugar de certezas y como mundo estable; es decir, se presenta una relativización de los modelos culturales que dan sentido.

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